¿Qué es la Enfermedad Arterial Periférica?

Las arterias son los vasos encargados de llevar sangre desde el corazón hasta los dedos, entregando oxígeno y nutrientes a las células. La enfermedad arterial periférica ocurre cuando se van formando depósitos de colesterol, calcio, tejido fibroso y células dentro de la arteria.

Éste es un fenómeno lento que va ocurriendo con los años, y a este proceso le denominamos ateroesclerosis. La arteria se va bloqueando conforme la placa va creciendo en el interior de la arteria y esto impide que la sangre llegue a los tejidos, disminuyendo el aporte de oxígeno y de nutrientes lo que ocasiona dolor, daño a los tejidos e incluso la muerte del tejido. Los factores que favorecen la ateroesclerosis y la enfermedad arterial periférica son los siguientes: hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes mellitus, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, obesidad, edad y falta de ejercicio. La forma en que progresa la enfermedad varía entre cada paciente y está relacionado con el control de las enfermedades causantes.

¿Cómo se diagnostica la Enfermedad Arterial Periférica?

Se requiere un interrogatorio detallado sobre los antecedentes y los síntomas, con la finalidad de saber el origen de las molestias. Algunas enfermedades pueden tener síntomas similares. Es importante hacer una revisión de las piernas la cual debe incluir la palpación de los pulsos. La detección temprana de la enfermedad es importante ya que el tratamiento puede evitar el avance de la enfermedad.

Existen varias pruebas diagnósticas, el índice tobillo brazo es una medición de las presión de las arterias para evaluar la cantidad de sangre que llega a los pies. El ultrasonido doppler duplex arterial permite visualizar las arterias y evaluar el flujo sanguíneo detectado oclusiones. Otros estudios de imagen son la tomografía axial computada y la resonancia magnética que permiten visualizar las zonas de obstrucción en las arterias.

¿Cuál es el tratamiento de la Enfermedad Arterial Periférica?

Lo primero que hay que hacer es modificar el estilo de vida con el objetivo de evitar el avance de la enfermedad. Estas medidas incluyen suspender el tabaquismo, llevar una dieta balanceada baja en colesterol, grasas, sodio y alta en fibra, iniciar un programa de ejercicio como caminata, corregir las enfermedades causantes (hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto) y tener un cuidado adecuado de la piel de los pies. Los medicamentos como la Aspirina o el Clopidogrel se usan para prevenir infartos al corazón y cerebro. El Cilostazol es un medicamento que puede aumentar la distancia de caminado y se utiliza en pacientes con claudicación intermitente.
Los casos avanzados en los que la claudicación altera de forma importante la calidad de vida o los pacientes con heridas que no cicatrizan requieren intervención, con la finalidad de destapar las arterias y llevar oxígeno a los tejidos.

La intervención se puede realizar de dos formas: