El tratamiento de las venas varicosas puede tener varios enfoques. La mayoría de los Angiólogos y Cirujanos vasculares se centran en el tratamiento de las venas varicosas grandes y casi siempre recomiendan cirugía. Sin embargo, hay un grupo de pacientes que no necesitan cirugía. Estos pacientes suelen tener pocos síntomas (dolor, pesadez o cansancio de las piernas) y tienen venas varicosas pequeñas: telangiectasias (arañas vasculares) o venas reticulares (pequeñas venas verdes). Este grupo de pacientes son los que son considerados para tratamientos estéticos.
La fleboestética es la rama de la Angiología que se centra en el tratamiento y eliminación de las venas varicosas teniendo como objetivo un resultado estético.
El Dr. Dr. Carlos Abel Gutiérrez Díaz usa varias técnicas para lograr el objetivo estético en el tratamiento de las venas varicosas. La técnica más usada es la escleroterapia que consiste en inyectar un medicamento directamente en la vena con una aguja muy pequeña. El medicamento provoca una reacción química que colapsa la vena y hace que desaparezca con el tiempo, a eso se le llama esclerosis, de ahí el nombre de escleroterapia. Existen varias técnicas para realizar la escleroterapia y habitualmente se usan varias lámparas especiales para poder visualizar las venas en los diferentes planos de la piel. El Dr. Carlos Abel Gutiérrez Díaz usa sistemas de visualización venosa como el transiluminador, luz polarizada, luz con magnificación, luz infrarroja, visualización con ultrasonido en tiempo real con el objetivo de tratar las venas que alimentan las várices. También usa la técnica de microescleroterapia para poder visualizar las agujas y las venas con lupas especiales.
En ocasiones las venas son muy pequeñas y es muy difícil poderlas inyectar por lo que el Dr. Carlos Abel Gutiérrez Díaz usa técnicas como la Radiofrecuencia transdérmica y el láser transdérmico. La Radiofrecuencia transdérmica consiste en usar una aguja muy delgada la cual atraviesa la piel y tiene contacto directo sobre la vena, una vez en esta posición, se manda un disparo de calor a la vena cerrándola y eliminándola. El láser transdérmico manda un pulso de luz a una longitud de onda específica. Las venas absorben esta luz generando una reacción que culmina en su desaparición.
Todas las técnicas implican el uso de agujas o piquetes y pueden generar dolor. Existen varias técnicas para el control del dolor, desde el uso de anestésicos locales, frío local en la piel y diferentes estímulos visuales y auditivos para evitar la sensación de los piquetes. Usando todas las técnicas de control del dolor, la terapia se vuelve tolerable y no es molesta para los pacientes.
Con el uso de todas estas técnicas y los sistemas de visualización venosa podemos tener excelentes resultados y poca recurrencia de las várices. Normalmente se requieren varias sesiones para lograr buenos resultados pero se debe de individualizar con base en los objetivos de cada paciente.