¿Qué son los accesos vasculares?

Los riñones tienen varias funciones. La función principal es la de filtrar (limpiar) la sangre, extrayendo las toxinas y los productos de desecho generados por el metabolismo celular. Si los riñones se dañan y pierden su función, las toxinas se acumulan en la sangre y ponen en peligro la vida. Otras funciones de los riñones son mantener el balance de sales y minerales, generar hormonas que controlan la presión arterial y la formación de glóbulos rojos, ayudar a mantener el metabolismo de los huesos.
Debido al envejecimiento de la población así como al incremento de la diabetes mellitus y de la hipertensión arterial, actualmente hay un aumento importante de pacientes con enfermedad renal crónica. La enfermedad tiene varios estadios y cuando el paciente está en fases avanzadas se requiere diálisis o transplante. La hemodiálisis es un procedimiento en el que la sangre del cuerpo es enviada a una máquina que se encarga de remover las toxinas, el exceso de aguda y las sales, una vez limpia la sangre, se regresa al cuerpo. Para poder llevar a cabo la hemodiálisis se requiere del acceso vascular, que es la herramienta por la cual se saca la sangre a la máquina y se regresa al cuerpo.

¿Qué tipo de accesos vasculares existen?

Hay varios tipos de accesos vasculares, cada uno tiene ciertas ventajas y desventajas. Además, la anatomía y la enfermedad de cada paciente hacen que cada persona requiera un acceso individualizado.

De forma idónea, el mejor acceso es la fístula arteriovenosa autóloga. Esta consiste en conectar una vena a una arteria en la brazo. La conexión favorece que el 50% de la sangre pase por la arteria hasta la mano, pero el otro 50% de la sangre pase a la vena (conexión no anatómica). El aumento del flujo sanguíneo en la vena origina que se engruese y se dilate. Cuando la vena mide más de 6 mm y tiene un flujo mayor a 600 mL/min, el acceso esta funcional. Cuando el paciente acude a la Hemodialisis la fístula se punciona en un extremo para sacar la sangre y llevarla a la máquina y se punciona en otro extremo para regresar la sangre al cuerpo. La ventaja de la fístula autóloga es que se construye con el tejido propio por lo que es más duradera, resisten mejor las infecciones, esta por dentro del cuerpo y suelen trombosarse menos.
Cuando las venas del paciente no tienen el diámetro apropiado para hacer una fístula autóloga, se puede hacer una fístula con un injerto. El injerto es un tubo de un material biocompatible que cumple la función de la vena. Se conecta a una arteria y de ahí a otra vena. El injerto es el sitio de punción para extraer la sangre y traerla de vuelta al cuerpo. La ventaja/desventaja del injerto es que tiene una vida media menor que la fístula autóloga pero duran más que los catéteres.

Otros accesos vasculares son los catéteres. Los catéteres son pequeños tubos colocados a través de la piel que tienen dos vías, una vía permite la salida de sangre hacia la máquina de hemodiálisis o otra vía la regresa al cuerpo. Hay un cantidad muy grande de catéteres, algunos pueden ser temporales y otros permanentes, algunos traen plata y otros heparina. El catéter tiene la desventaja de que dura menos, se infectan con mayor frecuencia y pueden lesionar las venas en su interior, originando el síndrome de vena cava superior.

¿Cuándo se debe colocar un acceso vascular?

Se recomienda que el paciente sea referido para un acceso vascular permanente cuando la depuración de creatinina es menor a 25 mL/min, 6 meses antes de que se inicie la hemodiálisis. El objetivo de hacer con este tiempo el acceso vascular, es permitir que el acceso este funcional al momento de su uso. Además, la creación temprana del acceso se asocia con menos complicaciones