¿Qué es el Pie diabético?

Las personas con diabetes (niveles altos de glucosa en la sangre) puede presentar complicaciones a diferentes niveles: pies, piel, corazón, riñones, ojos.
La diabetes causa 3 problemas en los pies:

La diabetes es la causa más común de amputaciones no traumáticas.

¿Cuáles son los síntomas del Pie diabético?

Los pacientes con diabetes pueden empezar a tener problemas en la piel de los pies, estos problemas predisponen a la formación de heridas. Muchos pacientes no tienen síntomas, pero la pérdida de la sensibilidad y un dolor de tipo ardoroso localizado en la planta de los pies es sugestivo de neuropatía diabética. Las principales alteraciones que vemos en los pies son: infecciones por hongos en la piel y uñas (pie de atleta), callos, ampollas, piel seca y agrietada, heridas, uñas enterradas, dedos en martillo, cambios en la forma del pie.

La herida o úlcera puede ser el evento inicial. Toda herida en el pie de un diabético debe ser valorada para determinar las posibilidades de cicatrización y evitar una infección. Las heridas suelen estar localizadas en zonas de presión (saliente ósea o un callo) y suelen tener una cicatrización lenta. Cuando la herida no cicatriza después de varias semanas o además su coloración es oscura/negra se debe sospechar en enfermedad arterial periférica asociada (arterias tapadas).
Cuando una herida se infecta es urgente la evaluación.

Los datos de infección son: cambios en el color de la piel (enrojecimiento), aumento en la temperatura local de la piel, inflamación e hinchazón, dolor (no siempre presente por la neuropatía diabética), herida de lenta cicatrización, mal olor y salida de pus.

¿Cómo se hace el diagnóstico del Pie diabético?

Se requiere un interrogatorio detallado sobre los antecedentes familiares, los síntomas y el tiempo de evolución. Es importante hacer una revisión de los pies y de la circulación arterial. Durante la visita al consultorio se pueden obtener datos mediante la exploración física, sin embargo, se pueden requerir estudios de imagen para detectar infecciones profundas y enfermedad arterial periférica. La infecciones pueden originar un descontrol en los niveles de glucosa y habitualmente hay elevación importante del azúcar por la infección. Estudios como las radiografías del pie, cultivos de herida, ultrasonido doppler dúplex y tomografía axial computada dan información sobre la severidad de la enfermedad y la necesidad de tomar medidas para evitar la propagación de la infección.

¿Cómo se trata el Pie diabético?

Mantener la diabetes en control es la mejor forma de prevenir sus complicaciones. Se debe llevar un seguimiento apropiado con la dieta, el ejercicio y los medicamentos. Es esencial tener una limpieza y cuidado de la piel, con la hidratación apropiada para evitar fisuras y grietas. Se debe tener mucho cuidado con las uñas para evitar cortes en los dedos. Siempre se debe usar calzando cómodo y se debe evitar estar descalzo. Las úlceras no infectadas se tratan de diferente forma, dependiendo de la localización, profundidad, tiempo de evolución, características de la herida y estado circulatorio del paciente.
Existen medidas locales como parches o ungüentos, hasta limpieza quirúrgica. Cuando hay infección se debe iniciar un antibiótico, de preferencia guiado por un cultivo previo y valorar si se requiere alguna cirugía para extraer la pus o retirar el tejido infectado. Cuando hay zonas de gangrena, se debe realizar una amputación (dedo, pie o pierna). Si las arterias se encuentran ocluidas, puede ser necesario revascularizar la extremidad (destapar las arterias) con la finalidad de mejorar el aporte de oxígeno a la herida. En ocasiones el manejo del pie diabético requiere varios procedimientos de forma secuencial para poder lograr resolver la infección y permitir que la herida cicatrice.