¿Qué es el Síndrome Postrombótico?

Después de una trombosis venosa profunda hay un daño en la pared de las venas el cual varía entre pacientes. Este daño culmina el formación de una cicatriz que puede reducir el diámetro de la vena e incluso la puede llegar a ocluir alterando por completo la dinámica del flujo dentro de las venas.

¿Por qué es importante el Síndrome Postrombótico?

Los pacientes que tienen una estrechez u oclusión de la vena después de una trombosis pueden presentar síntomas postrombóticos y complicaciones que alteran de forma significativa la calidad de vida de los pacientes. No todos los pacientes después de una trombosis venosa profunda desarrollan el síndrome postrombótico, se estima que sólo aparece en el 25% de los pacientes después de una trombosis venosa profunda.

¿Cuáles son los síntomas del Síndrome Postrombótico?

Después del tratamiento de una trombosis venosa profunda (promedio 3-6 meses) los pacientes presentan dolor, sensación de piernas pesadas y cansadas, hinchazón, ardor, comezón y calambres. Los síntomas suelen ser más intensos después de estar mucho tiempo de pie y sentados o después de caminar o realizar actividades físicas.
Conforme pasa el tiempo hay cambios en la piel como la aparición de manchas cafés a nivel del tobillo, adelgazamiento de la piel, aparición de várices y posteriormente alguna complicación como heridas, dermatitis e infecciones.

¿Cómo se hace el diagnóstico del síndrome postrombótico?

La evaluación por un síndrome postrombótico requiere una revisión física y una historia de los antecedentes médicos del paciente. Sin embargo, siempre se requieren estudios de imagen y en ocasiones los estudios dan información complementaria para visualizar la oclusión de la vena y determinar la alteración funcional que desencadena la oclusión.
El estudio diagnóstico más usado es el ultrasonido doppler dúplex que permite ver las paredes de las venas, lesiones y cicatrices postrombóticas y evaluar el flujo de la sangre. La Venotomografía y venoresonancia dan imágenes muy precisas de las venas y pueden ser muy útiles para identificar los sitios anatómicos de las lesiones. La venografía es el estudio más preciso para identificar la localización de las lesiones postrombóticas así como su extensión e implica administrar medio de contraste directamente en la vena para poder pintar todo el trayecto de los vasos venosos.

Otras herramienta es el ultrasonido intravascular que permite visualizar por un tubo (catéter) el interior de las venas.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

La mayoría de los pacientes responden a un manejo conservador que implica el uso de medicamentos venoactivos y medias de compresión. Cuando el tratamiento conservador no funciona y hay cambios en la piel, se puede considerar la cirugía. El manejo actual implica el uso de catéteres para destapar las venas por adentro sin necesidad de requerir heridas. Con ayuda de los catéteres se pueden destapar la venas y para mantenerlas abiertas se coloca un prótesis vascular llamada stent. El stent venoso se ha convertido en una de las mejores terapias para los casos sintomáticos y complicados y cada día hay avances en el material y el diseño de los stents por lo que es una terapia con un futuro muy grande en la medicina.